LEBRIJA:
Vera Cruz de Lebrija traslada a sus titulares por primera vez dos veces en un año
Por primera vez en su historia, la hermandad de la Vera Cruz de Lebrija se ve obligada a trasladar a sus titulares, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Nuestra Señora de Consolación, dos veces en el mismo año. Este hecho histórico se debe a las obras de mantenimiento que se están llevando a cabo en la casa hermandad aledaña a la ermita de la Santa Vera Cruz y San Juan de Letrán, sede canónica de la hermandad.
El primer traslado se produjo el pasado 15 de noviembre a la vecina capilla de la residencia de La Caridad y el próximo domingo 4 de marzo el traslado será a la Parroquia de Nuestra Señora de la Oliva, templo mayor de Lebrija. Este segundo traslado implica que el solemne quinario al Cristo de la Vera Cruz se desarrolle íntegramente en la parroquia del 6 al 10 de marzo. La función principal tendrá lugar el domingo 11
El segundo traslado se iniciará a las siete de la tarde y recorrerá las céntricas calles Trinidad, Cala de Vargas y Juan Pedro Vidal hasta llegar a la plaza Rector Merina. El cortejo estará integrado por la junta de gobierno y numerosos hermanos que ya han solicitado participar llevando un cirio. El Cristo será portado en hombros, la mitad del recorrido por mujeres y la otra mitad por hombres, y la Virgen se traslada en andas portadas por los hermanos. En los dos casos, los cargadores serán los hermanos más antiguos.
El regreso del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Nuestra Señora de Consolación a su sede canónica del Barrionuevo de Lebrija está previsto que se realice el viernes 16 de marzo, cuando se calcula que estarán finalizadas las obras en la casa hermandad.
El Viso el Alcor:
La Piedad y el Cristo de la Buena Muerte protagonizan el cartel de la Semana Santa de El Viso del Alcor
El pintor Antonio Vargas Santos es el autor del cartel de la Semana Santa de El Viso del Alcor, en el que se muestra en primer plano el Misterio de Nuestra Señora de la Piedad sosteniendo yacente al Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
Se da la circunstancia de que esta va a ser la última vez que se plasme al Cristo junto a su Madre ya que la Hermandad espera en unos días la llegada de la nueva imagen que ha realizado el imaginero Darío Fernández Parra. La presentación de la obra tuvo lugar en el patio del Ayuntamiento con la presencia de miembros de la Corporación Municipal, el Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de El Viso, los Hermanos Mayores de las Hermandades de la localidad, así como familiares y amigos del artista.
El autor explicó de forma especial la importancia de este homenaje al Cristo de la Buena Muerte, detallando todos los elementos del cartel, así como los colores utilizados. En la obra se muestra la Piedad de la hermandad iluminada por la luna llena y con la presencia de un nazareno de la corporación.
El Triunfo de la cruz:
El Triunfo de la cruz:
Esta alegoría pervive en seis hermandades de la provincia
La Soledad de Cantillana
La Soledad de Machena
La Soledad de Alcala Del Rio
La Soledad Mairena del Alcor
La Soledad de Alcala De Guadaira
Su perfil romo y su mirada de cuencas vacías no dejan indiferente a su paso. Sentada al pie de la cruz, la canina es uno de los pasos alegóricos más conocidos de la Semana Santa de Sevilla. Símbolo de la resurrección, tanto el esqueleto sedente como la cruz desnuda sobre el monte Calvario son la evolución de un rasgo definitorio de las hermandades de la Soledad que hoy día se conserva en contados puntos de la provincia.
El culto a la Virgen de la Soledad originó en el siglo XVI hermandades con características comunes, en muchos casos conservadas de forma invariada hasta la actualidad. La inclusión en sus cortejos de un paso de la cruz es una de ellas. La provincia, fiel a la estética y las tradiciones, lo ha mantenido abriendo algunas de sus procesiones. Bien como paso de la cruz, como calvario o en su configuración alegórica de la canina, se conserva en seis localidades.
La hermandad de la Soledad de Mairena del Alcor recuperó el paso de la cruz junto con la ceremonia del descendimiento en 1987. La recreación de este antiguo paso surge de manera funcional para poder escenificar el acto que desenclava al Cristo yacente, formando parte del cortejo como primer paso ya sin la imagen. La cruz es la que acompañó a la Virgen hasta 1943, con sudario y escaleras. La talla de un pelícano a su pie completa el conjunto, que se alumbra por cuatro hachones. Son los jóvenes de la hermandad los que portan este paso, conocido como pasito de la cruz por sus reducidas dimensiones.
De forma similar, la hermandad de la Soledad de Marchena toma el paso de la cruz para llevar a cabo el denominado Pregón del Descendimiento. Se trata del antiguo paso del Santo Entierro, de metal dorado y alumbrado por cuatro faroles. En él procesiona una cruz del siglo XVII, portada por 30 costaleros. Este paso volvió a formar parte del cortejo en 1980, aunque el descendimiento no se retomó hasta 2012. El triunfo de la cruz era titular de la hermandad con la que la Soledad se fusionó en el siglo XIX.
En la Soledad de Cantillana, el paso de la cruz adopta una tipología propia y única como paso del calvario. Históricamente, además de la cruz en unas pequeñas parihuelas, la hermandad procesionaba con San Juan y la Magdalena en sus respectivos pasos, más la urna y el palio. La unión de los tres primeros originó el paso del calvario, donde las imágenes –atribuidas a Patrone– se ubicaban a los lados de la cruz. En 1990 este misterio se modifica, para eliminar la cruz, incluir al Cristo yacente y José de Arimatea y crear un traslado al sepulcro, conjunto que no cuajó. Vuelta a colocar la cruz y eliminado el discípulo, se mantuvo así hasta que en 2016 la cofradía recuperó su configuración original, abriendo el cortejo el calvario y recuperándose la magnífica urna para el Santo Entierro.
La evolución hacia la alegoría del triunfo de la cruz sobre la muerte se mantiene en el Santo Entierro de Sevilla, y a pesar de estar extendida también en la provincia, solo tres hermandades la conservan. La Soledad de Alcalá del Río es una de ellas. No se conoce la fecha de su inclusión en la cofradía, aunque en 1844 la canina –atribuida a Juan de Astorga– ya aparece como iconografía consolidada en la estación de penitencia, mantenida hasta la actualidad, siempre portada por jóvenes.
En un pequeño paso de caoba iluminado por hachones, la canina, con la mano en la mejilla, se muestra derrotada ante la cruz con las escaleras, de la que penden dos sudarios. Uno de ellos exhibe la leyenda Mors Morten Superávit –la muerte venció a la propia muerte–, sentencia que certifica el triunfo de Jesús venciendo a la muerte con la resurrección tras pasar por la cruz. Porta en su mano una guadaña y aparece acompañada de un dragón con forma de serpiente con una manzana en su boca, que representa al pecado. Sobre una agreste peña, se exorna con hiedra, cardos y pitas. Como curiosidad, esta canina sustenta la cabeza con la mano izquierda y porta la guadaña en la derecha, cuando en el resto de representaciones es al contrario.
Paso desaparecido en Alcalá de Guadaíra, la hermandad del Santo Entierro lo recuperó en 1983. Luis Álvarez Duarte es el autor de la canina, en un paso que mantiene la estética habitual de esta alegoría. Las andas, talladas en estilo neogótico, datan de 1895 y fueron adquiridas en La Algaba, tras pertenecer a distintas corporaciones sevillanas. Son portadas por 29 costaleros.
La hermandad del Santo Entierro de Osuna recuperó el triunfo de la santa cruz en el año 2007. Se trata de la antigua talla de la corporación, encontrada en un cajón oculta en la cripta de la hermandad en unas obras. En esta representación, la serpiente del pecado aparece enroscada a la propia cruz, de la que pende un sudario con una leyenda distinta a la habitual: O mors, ero mors tua –Oh muerte, esta es tu muerte–. Al pie de la cruz florecen tres rosas rojas, en recuerdo de la sangre de Cristo. El paso es de estilo neogótico, alumbrado por cuatro hachones, fue recuperado por iniciativa de los jóvenes, que además lo portan.
Lebrija:
Lebrija:
Las técnicas más novedosas utilizadas para el diagnóstico de enfermedades, como la tomografía axial computerizada (TAC), siempre que no sean destructivas, también pueden ser usadas para trabajos relacionados con el arte y la restauración del patrimonio escultórico o pictórico. Una de las joyas del Monasterio de la Purísima Concepción de Lebrija ha sido sometida al TAC de un centro médico. Se trata de la imagen de madera policromada del siglo XIV titulada «Virgen de la Sede», también conocida como «Virgen del Refectorio».
La principal importancia de la talla radica en que prácticamente no ha sido modificada, conservándose casi como se esculpió, lo que la convierte en uno de los escasos ejemplos que aún perviven en Andalucía. Las imágenes medievales que tanta difusión tuvieron en la época de la conquista cristiana presentan, por regla general, gran cantidad de modificaciones y restauraciones, «siendo esta de Lebrija una imagen que mantiene gran parte de su estética original, lo que la convierte en una excelente fuente de información de la escultura mariana del Reino de Sevilla y de la imaginería en época medieval», aseguran los técnicos restauradores. El proyecto de investigación está siendo realizado por David Triguero Berjano, conservador y restaurador de Bienes Culturales, y José María Calderón Llamas, historiador del Arte.
La prueba se ha llevado a cabo con objeto de elaborar un informe diagnóstico que apoyará la propuesta de intervención a realizar sobre la talla para su proceso de conservación y restauración con motivo del quinto centenario de la fundación del convento lebrijano de las madres concepcionistas que se conmemora este año. Según el equipo de investigación, «mediante esta técnica es posible conocer con mayor precisión factores determinantes para poder afrontar una intervención de conservación y restauración de la misma con el fin de corregir los daños que presenta y realizar un completo estudio de investigación de la imagen». Estos factores tienen que ver con la composición estructural y material de la obra, y con su estado de conservación. En el caso de la Virgen de la Sede, la estructura de la talla no presenta problemas, al contrario que la policromía donde se observa un deterioro evidente.
La Virgen de la Sede o del Refectorio es una talla sedente fechada entre los siglos XIV y XV, de tamaño menor al natural y realizada en madera policromada. Es una imagen bastante desconocida, ya que se encuentra en la clausura del monasterio. La talla es anterior a la fundación del convento. No se sabe con exactitud su origen, pudiendo estar en la ermita antes de la fundación o proceder de otros monasterios exclaustrados, como ocurre con otras obras pertenecientes a la colección que custodia este monasterio de Lebrija, que llegaron del convento de San Juan de la Palma y el de Santas Patronas, ambos de Sevilla, y del convento de la Encarnación de Arcos de la Frontera.
La Virgen se sienta sobre un sitial cuadrado y sus pies apoyan sobre un escalón semicircular. Viste una saya de escote redondo cerrado acoplado al cuello, mangas ajustadas y un cinturón ceñido. Lleva sobre la saya un manto que cubre la pierna derecha, dejando al descubierto la izquierda, y un manto superpuesto que fue añadido en el siglo XVIII. La imagen del niño Jesús se mantiene de pie sobre la rodilla izquierda de su madre. Viste una túnica de escote redondo semejante al de la Virgen. Con la mano izquierda sostiene una esfera y parece bendecir con la derecha.
Dos Hermanas:
Dos Hermanas:
La belleza del altar del Santo Entierro de Dos Hermanas
La parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas es el templo principal del municipio nazareno y acostumbra a dejar estampas para el recuerdo en cada Cuaresma ya que hasta cuatro hermandades de las diez que conforman la nómina de la Semana Santa, realizan sus cultos en este templo.
Esta pasada semana fue el turno de la hermandad del Santo Entierro, una corporación que las primeras noticias relativas a la hermandad la colocan a finales del siglo XVI, concretamente en 1596. A principios del siglo XVII poseía las imágenes de Virgen de la Soledad y el Señor Resucitado. Años después ya contaba con Jesús Yacente, una imagen articulada que desapareció en la posguerra.
Sobre el altar principal de la parroquia se erigió un efímero monte de cera que iluminaba a Jesús Yacente, una obra de Juan Manuel Miñarro en 1995. Con tan solo los puntos de luz que ofrece la disposición elegida por el equipo de priostía en la colocación de la cera, se recoge una de las estampas que más transmiten en la Cuaresma nazarena.
Un altar lleno de detalles, fiel reflejo de la hermandad así como de su cortejo cada Sábado Santo, jornada en la que realiza su estación de penitencia con sus dos pasos.
ECIJA:
UTRERA:
Alcala Del Rio:
ECIJA:
La Soledad de Écija busca costaleros para el próximo Sábado Santo
Lamentablemente no es una situación nueva. Durante la Cuaresma, los ensayos de Nuestra Señora de la Soledad de la localidad sevillana de Écija parecen no acoger el número mínimo de costaleros para poder llevar a cabo estas prácticas. No cabe duda de que la dolorosa es presentada por todos los ecijanos como la más bella de cuantas procesionan en la Semana Santa astigitana, lo que conlleva también a gozar de una devoción que traspasa fronteras. Pero, sin embargo, estos datos no parecen cumplirse cada año durante los ensayos de los costaleros, tanto del paso de la Virgen de la Soledad, como con el paso de misterio de la Quinta Angustia. No obstante, el mismo día de la salida procesional, varios costaleros se acercan para portar ambos pasos, sin haber realizado los pertinentes ensayos.
Desde el seno de la corporación del Sábado Santo se hace un llamamiento a cofrades, devotos y hermanos de la cofradías para enrolarse como costaleros de cara a la próxima estación de penitencia. La cifra de voluntarios en búsqueda asciende a unos 30 ó 40 costaleros. El paso de la Quinta Angustia, cuyas imágenes actuales -obra de Rafael Amadeo Rojas– vienen a sustituir al anterior misterio del 1500, calza 30 costaleros, siendo acompañada por la Asociación Músico Cultural de la Coronación de Espinas de Córdoba, de cornetas y tambores. Es especialmente esta cuadrilla la que necesita prácticamente una nueva creación tras pequeñas desavenencias en la misma.
El segundo paso, la Urna del Cristo Yacente, una antiquísima imagen fechada hacia los siglos XIII-XIV, procesiona sobre ruedas. Nuestra Señora de la Soledad, por su parte, calza unas andas de 35 costaleros -de los cuales nunca se llega a la treintena en cada ensayo-. Es acompañada cada Sábado Santo, poniendo el broche de oro a la Semana Santa ecijana antes de ver procesionar a la hermandad del Resucitado a la mañana siguiente, por la Unión Musical Astigitana. Se trata de una bellísima talla atribuida a La Roldana (siglo XVIII), restaurada recientemente por el IAPH.
Cuatro siglos y medio avalan la historia de esta cofradía, que guarda en su seno uno de los patrimonios artísticos más importantes de Andalucía. Desde la hermandad se afirma la predisposición a correr con los gastos de combustible de los voluntarios interesados en salir de costalero en el caso de que fueran de otro pueblo o ciudad. Incluso se establecería un autobús de traslado si se consigue un número mínimo para ello. Todo aquel interesado puede hablar con Francisco Javier Arredondo Hans, capataz del paso de Nuestra Señora de la Soledad y actual teniente de hermano mayor de la cofradía, así como vestidor de todas las imágenes titulares de ésta, a través del teléfono móvil 665 17 28 00.
De cara al próximo Sábado Santo, aún la cuadrilla de la Quinta Angustia y de la Soledad realizará dos ensayos más. Serían el viernes día 9 de marzo y el viernes día 16 de marzo, a las 21:30 horas, en la sede canónica de la corporación, la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Recordar, además, que el Viernes de Dolores será el Vía-Crucis de la Virgen de la Soledad por las calles de la feligresía.
El Redentor Cautivo de Utrera aprueba la creación de una túnica bordada en oro:
Cada tarde de Jueves Santo se vive en Utrera uno de los momentos más estremecedores de la Semana Santa con la salida de Nuestro Padre Jesús Redentor Cautivo y la Virgen de las Lágrimas, de la hermandad de El Silencio. Una corporación local que acaba de aprobar a través de su junta de gobierno la confección de una nueva túnica bordada en oro sobre terciopelo para el Redentor Cautivo, una imagen tallada por Paz Vélez en 1957.
Un nombre muy conocido en la localidad, que también va a acometer próximamente la restauración de la Virgen de la Esperanza de Los Gitanos –como es Sebastián Martínez Zaya-, va a ser el encargado de darle vida a este encargo, que servirá para enriquecer estéticamente la imagen del Cautivo. El restaurador utrerano ya ha realizado el primer boceto de lo que será esta pieza, y que va a estar inspirada en la ornamentación de la reja de la entrada de la capilla de San Antonio, más conocida como la capilla del Sagrario, y que se encuentra en la iglesia de Santiago El Mayor, la sede canónica de esta hermandad.
La hermandad del Silencio ha impulsado la creación de una comisión, que se va a encargar de manera específica del seguimiento de los trabajos y que elegirá los materiales. En este caso la nueva túnica bordada en oro se va a hacer realidad gracias a la ayuda económica de los devotos, por lo que todos los interesados ya pueden llevar a cabo sus donaciones en la cuenta bancaria que la hermandad tiene en la Caja Rural de Utrera, o acudiendo a la casa-hermandad.
En el caso de que se recaude una cantidad superior al coste de la túnica, la hermandad utrerana ha comunicado que destinaría dicha cantidad a la bolsa de caridad. Dadas las características de esta iniciativa, la hermandad no ha querido comunicar una fecha concreta para la finalización del proyecto, ya que todo depende de las aportaciones que se reciban en los próximos meses.
Baja la Virgen y el tiempo se detiene:
La Bajada de la Virgen de la Soledad de Alcalá del Río pone el primer palio en la calle en Sevilla.
Sonó Dolores de Soledad y se obró el milagro. La primera dolorosa bajo palio salió a la calle en la provincia de Sevilla. Y Alcalá del Río abrió así su Semana Santa, que ha dado comienzo con la Bajada de la Virgen de la Soledad. Una procesión de regusto y sabor añejo, que volvió a despertar admiración por su aire romántico.
Tiene Alcalá del Río tres viernes soñados. El primero de esta trilogía renovó anoche los ritos de una Cuaresma que ya se escapa en este final anticipado. Trasladaba la hermandad de la Soledad a su titular a la parroquia de la Asunción para celebrar su Septenario. Procesión que, como el citado culto, existe al menos desde 1812. Pero con la que el tiempo y las modas no han podido. Como las mujeres que las precedieron, soleanas de toda edad componían un cortejo con hachetas de orfebrería en mano –los cirios de bajar y subir– alumbrando el camino de la Virgen, desde su Capilla de San Gregorio hasta la iglesia.
Daban las diez de la noche en la espadaña de la antigua ermita, culminando la espera nerviosa entre tanta lluvia de estos días de víspera. Salió la Virgen de la Soledad y el tiempo pareció haber viajado al pasado en la visión de un momento único.
Por supuesto, por Ella. La Dolorosa del Viernes Santo. Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad Coronada, imagen anónima del siglo XVI, venerada en el pueblo y en gran parte de la comarca. Y por el paso de palio. De cajón, negro, con corbatas en sus esquinas y sustentado por ocho varales. Una reliquia del siglo XVIII, aderezado con bordados de las hermanas Antúnez del XIX, que supone una delicia para el arte y los sentidos. Stabat Mater Dolorosa Iuxta Crucem Lacrimosa, recita en letras de plata el interior del palio en cada mecida. El primer latín que muchos soleanos y alcalareños han aprendido, embelesados con la Virgen en su Bajada.
Candelabros de brazos, con tulipas, cera alta y fina. Faroles de plata, flores de talco y jarras con calas, esas flores que antaño se mimaban en los patios de los soleanos. Y en sendas maniguetas, soleanos de hábito nazareno, fajín de esparto, peto de terciopelo y gola de encaje al cuello, portando a hombros a su amada Reina. La tradicional forma de llevar los pasos que la Soledad conserva aún en sus traslados. Elegidos el Miércoles de Ceniza, los nazarenos fueron marcando el ritmo de esta procesión con un andar único.
La Virgen de la Soledad abre la Semana Santa, en el que es un momento clave en el calendario cofrade sevillano. Nunca han faltado quien venía a la provincia como quien viaja al pasado a encontrarse con formas de antaño. Y como en un tarro de preciadas esencias, el pueblo las conserva en la hermandad de la Soledad, que las libera con gusto y cuidado en tradiciones como esta.
Por centenares abarrotaban ayer las aceras para contemplar esta singular procesión. Pero no por eso la Bajada perdió sus medidas. Son siglos llevando a cabo lo mismo, un traslado revestido de gusto y mesura para bajar a la Virgen a la parroquia. Esta se sitúa en una cota inferior a la capilla, por eso la Virgen baja a la iglesia. Y lo hace del mismo modo invariado que lo ha hecho siempre. Arropada por el mismo gentío que ayer, delante y detrás de su palio, la acompañaba.
Con la cadencia que le dan sus nazarenos, el paso fue avanzando por el recorrido, con los sones de la banda de la hermandad. Dos horas de traslado, en un tiempo detenido por las céntricas calles de un pueblo de estreno. Solo faltó el azahar para dar la bienvenida a esta primavera soleana.
Pasada la medianoche, la Virgen de la Soledad llegó a la parroquia. Tras siete días de cultos –con función y devoto besamanos el Viernes de Dolores– volverá a salir el Domingo de Ramos, en idéntica procesión pero en sentido inverso, para subir a la Capilla. Y de nuevo el pasado volverá para llevar en volandas a la Soledad. Porque en Alcalá del Río, para venerar a la Virgen, el tiempo parece que se ha detenido.
Sonó Dolores de Soledad y se obró el milagro. La primera dolorosa bajo palio salió a la calle en la provincia de Sevilla. Y Alcalá del Río abrió así su Semana Santa, que ha dado comienzo con la Bajada de la Virgen de la Soledad. Una procesión de regusto y sabor añejo, que volvió a despertar admiración por su aire romántico.
Tiene Alcalá del Río tres viernes soñados. El primero de esta trilogía renovó anoche los ritos de una Cuaresma que ya se escapa en este final anticipado. Trasladaba la hermandad de la Soledad a su titular a la parroquia de la Asunción para celebrar su Septenario. Procesión que, como el citado culto, existe al menos desde 1812. Pero con la que el tiempo y las modas no han podido. Como las mujeres que las precedieron, soleanas de toda edad componían un cortejo con hachetas de orfebrería en mano –los cirios de bajar y subir– alumbrando el camino de la Virgen, desde su Capilla de San Gregorio hasta la iglesia.
Daban las diez de la noche en la espadaña de la antigua ermita, culminando la espera nerviosa entre tanta lluvia de estos días de víspera. Salió la Virgen de la Soledad y el tiempo pareció haber viajado al pasado en la visión de un momento único.
Por supuesto, por Ella. La Dolorosa del Viernes Santo. Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad Coronada, imagen anónima del siglo XVI, venerada en el pueblo y en gran parte de la comarca. Y por el paso de palio. De cajón, negro, con corbatas en sus esquinas y sustentado por ocho varales. Una reliquia del siglo XVIII, aderezado con bordados de las hermanas Antúnez del XIX, que supone una delicia para el arte y los sentidos. Stabat Mater Dolorosa Iuxta Crucem Lacrimosa, recita en letras de plata el interior del palio en cada mecida. El primer latín que muchos soleanos y alcalareños han aprendido, embelesados con la Virgen en su Bajada.
Candelabros de brazos, con tulipas, cera alta y fina. Faroles de plata, flores de talco y jarras con calas, esas flores que antaño se mimaban en los patios de los soleanos. Y en sendas maniguetas, soleanos de hábito nazareno, fajín de esparto, peto de terciopelo y gola de encaje al cuello, portando a hombros a su amada Reina. La tradicional forma de llevar los pasos que la Soledad conserva aún en sus traslados. Elegidos el Miércoles de Ceniza, los nazarenos fueron marcando el ritmo de esta procesión con un andar único.
La Virgen de la Soledad abre la Semana Santa, en el que es un momento clave en el calendario cofrade sevillano. Nunca han faltado quien venía a la provincia como quien viaja al pasado a encontrarse con formas de antaño. Y como en un tarro de preciadas esencias, el pueblo las conserva en la hermandad de la Soledad, que las libera con gusto y cuidado en tradiciones como esta.
Por centenares abarrotaban ayer las aceras para contemplar esta singular procesión. Pero no por eso la Bajada perdió sus medidas. Son siglos llevando a cabo lo mismo, un traslado revestido de gusto y mesura para bajar a la Virgen a la parroquia. Esta se sitúa en una cota inferior a la capilla, por eso la Virgen baja a la iglesia. Y lo hace del mismo modo invariado que lo ha hecho siempre. Arropada por el mismo gentío que ayer, delante y detrás de su palio, la acompañaba.
Con la cadencia que le dan sus nazarenos, el paso fue avanzando por el recorrido, con los sones de la banda de la hermandad. Dos horas de traslado, en un tiempo detenido por las céntricas calles de un pueblo de estreno. Solo faltó el azahar para dar la bienvenida a esta primavera soleana.
Pasada la medianoche, la Virgen de la Soledad llegó a la parroquia. Tras siete días de cultos –con función y devoto besamanos el Viernes de Dolores– volverá a salir el Domingo de Ramos, en idéntica procesión pero en sentido inverso, para subir a la capilla. Y de nuevo el pasado volverá para llevar en volandas a la Soledad. Porque en Alcalá del Río, para venerar a la Virgen, el tiempo parece que se ha detenido.
UTRERA:
UTRERA:
La Virgen de Consolación catalana ya se encuentra en Utrera:
El domingo 8 de abril, a partir de las 19.00 horas, la parroquia de San Pablo, ubicada en la pedanía utrerana de Trajano, va a vivir un momento muy especial. En este templo va a tener lugar la celebración de una eucaristía para celebrar la llegada de la réplica de la Virgen de Consolación que en 2007 se realizó para ser venerada en una iglesia de Cataluña. Las personas que impulsaron esta iniciativa han vuelto a Utrera, por lo que han propiciado que también retorne esta imagen de alto contenido sentimental.
Un grupo de estos utreranos emigrantes impulsó en 2007, coincidiendo con la celebración del Año Jubilar con motivo del quinto centenario de la llegada a Utrera de la Virgen de Consolación, una iniciativa muy curiosa. Se trataba de la creación de una réplica de la Virgen de Consolación de Utrera, creada para ser venerada en la parroquia de San Jaime, en la localidad de Badalona. Estos utreranos querían tener un trocito de Utrera en plena comunidad catalana.
Ha pasado algo más de una década desde que esta imagen se trasladó a Badalona, y ahora esta réplica de la Virgen de Consolación «emigra» de nuevo a Utrera, ya que las personas que en su día impulsaron esta idea han ido poco a poco volviendo a su localidad natal por diferentes cuestiones.
El joven sacerdote utrerano Plácido Díaz, párroco de la iglesia de Trajano, ha encabezado la comitiva que ha viajado hasta tierras catalanas para recoger la imagen, que ya se encuentra en Utrera y que a partir de ahora recibirá culto en la localidad. El párroco ha estado acompañado por José María Lobato Galera –miembro de la junta de gobierno de la hermandad de los Muchachos de Consolación- y José Manuel Rodríguez Vázquez.
Será una eucaristía en la que estarán presentes familias utreranas que volvieron de Cataluña, así como la hermandad de los Muchachos de Consolación. Y es que, tras regresar a Utrera los promotores del proyecto de 2007, han decidido ceder la talla a la citada cofradía que, a su vez, ha aprobado entregarla a la parroquia de San Pablo de Trajano.
Esta Virgen de Consolación fue creada en su día por el imaginero local Sebastián Martínez Zaya, quien explicaba que «la primera impresión es de la Virgen de Consolación, porque está inspirada en sus cánones, pero todas las facciones están idealizadas, ya que la talla iba a viajar hasta una población en la que no están acostumbrados a verla, y había que hacer que se reconociera la belleza de nuestra patrona, y que a la vez resultara atractiva a los nuevos ojos».
ALCALA DE GUADAIRA:
El cartel de las Glorias de Alcalá está dedicado este año a la Virgen del Águila, patrona de Alcalá. Sigue así el sistema de turnos establecido por el Consejo de Hermandades por el que cada año le corresponde ilustrar el cartel a una de las corporaciones de gloria de la localidad.
El autor de la obra que ilustra el cartel es el artista alcalareño Jesús Alcarazo, que ha realizado una obra con la técnica de carbón y oro fino sobre papel en el que figura la Virgen del Águila y el rey San Fernando en actitud de oración ante la Virgen. Se recoge así el origen de la devoción mariana en Alcalá, ya que la primitiva imagen de la Virgen era una talla de origen fernandino que llegó a la ciudad con la Reconquista.
Jesús Alcarazo es un joven artista que tiene una trayectoria muy destacada en la que figura la creación de obras que siguen la estética y la técnica de la pintura gótica. Como cartelista ha realizado un buen número de obras entre las que figuran el cartel de la Semana Santa y el de la Feria de Alcalá. También ha realizado en una ocasión anterior el cartel de las glorias de Alcalá.
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