Las emociones, los nervios y la amenaza de lluvia, a partir de las 6 horas según Aemet, empujaron a los almonteños a saltar la reja que los separaba de su patrona, la Virgen del Rocío, antes de que llegara el Simpecado de la Matriz a la ermita, exactamente a las 2.34 horas, una hora antes de la media de los últimos años, cuando todavía no había concluido el Rosario de las Hermandades.
Preocupados por la previsión de lluvias, aliviados en el esfuerzo por la nueva base del paso y con el horizonte puesto en la salida extraordinaria del 8 de septiembre para conmemorar el centenario de la coronación, la Virgen del Rocío ha culminado una procesión que ha durado poco más de nueve horas,una de las más cortas de la última década.
Aunque la amenaza de lluvia no se ha materializado durante la procesión; la nueva anchura de la base del paso y los cinco bancos no ha evitado que se caiga en más ocasiones de las deseadas, pero sí permitió que avanzara con mucha agilidad durante las primeras horas, la procesión de este lunes de Pentecostés ha sido rápida pero ha regalado momentos de gran intensidad a los rocieros, que han culminado con la petalada que le dedican los niños de Almonte, su pueblo, y una gozosa entrada en la que la Blanca Paloma volvió a posarse en su altar entre vítores, salves y palmas que sobrecogían en el interior de la ermita.
Empezaba así una procesión que en poco más de seis horas ha cubierto dos tercios del recorrido. Los cambios ejecutados en la base del paso, ampliando su anchura y añadiendo un banco más para que pueda ser llevado por más personas, han contribuido a darle estabilidad y evitado que la Virgen pise continuamente las arenas de su aldea. De hecho cayó por primera vez en El Real a la altura de Coria y en el Acebuchal, a la salida de la calle Sanlúcar, es donde hasta ahora ha tenido más dificultades para avanzar, agravado por la gran afluencia de público, que no ha dejado de acompañarla.
Especialmente intenso y duradero ha sido el encuentro con el Simpecado de Umbrete, con la tradicional petalada de buganvillas, donde la Virgen no parecía tener prisas. En Triana (5.30 horas), como en Villamanrique (3.06 horas), aunque más corto, se han vivido momentos muy emotivos con el rezo de la Salve, el canto de su “Aquí estamos otra vez” y los vítores y gritos de “guapa, guapa” y “bonita, bonita y bonita”.
La visita a las camaristas -solo ha subido Carmen Rocío Vega al paso- ha estado acompañada del cante de Rocío Ojuelo, concursante del programa televisivo ‘Yo soy del Sur’.
Después, antes de llegar a la casa hermandad de Huelva, 34 campana de las hermandades de pasión y gloria de Fuengirola han llamado a la Blanca Paloma para que se acercara al nuevo Simpecado -diseñado por Miguel Ángel Martín Cuevas y bordado en el taller Manuel Mendoza- de esta hermandad que cuenta 31 romerías.
En estos momentos, la Virgen recorre ya el Eucaliptal, que le llevará hasta la casa de Gines. Si mantiene este ritmo, podría entrar en su ya santuario nacional antes que los últimos años.
Ahora los rocieros inician una nueva cuenta atrás mucho más corta. La Virgen del Rocío saldrá de nuevo, en procesión extraordinaria, el 8 de septiembre para conmemorar el centenario de su coronación.
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