La procesión del Corpus Christi de Triana volvió a destacar por su colorido y fervor. Sus cinco pasos y su extenso cortejo se pusieron en la calle a partir de las 10 horas. La parroquia de Santa Ana, que aún añora la pérdida de su párroco Eugenio Hernández, organizaba de manos de la hermandad Sacramental de la Esperanza de Triana este Corpus multitudinario. El Niño Jesús portado por los costaleros más jóvenes de Madre de Dios del Rosario, las Santas Justa y Rufina, San Juan Evangelista, la Purísima y el Santísimo Sacramento en la imponente custodia de de Osorio de 1712 decorada con uvas traídas de la bodega Góngora de Villanueva del Ariscal, se vieron obligados a modificar un itinerario inamovible desde el siglo XVI por las obras que Emasesa está acometiendo en la calle Pelay Correa. Así, Pagés del Corro y una decorada capilla de la Estrella sirvieron de nuevos escenarios para esta procesión centenaria. Volvieron a destacar el colorido de sus balcones y los numerosos altares instalados durante todo el recorrido, así como el repertorio de las bandas de San Juan Evangelista, las Tres Caídas y Santa Ana de Dos Hermanas.
GALERIA:
Comentarios
Publicar un comentario